Bilbao BBK Live Udazkena III: Sorpresas agradables
Los diferentes estilos de Rodrigo Cuevas, Maria Arnal i Marcel Bages y Omago llenaron de luz un Bilbao Arena mucho más melómano que los días previos
Viendo el cartel de las tres primeras jornadas del Bilbao BBK Live Udazkena, los nombres del sábado eran los menos mainstream pero posiblemente los mejores en cuanto a propuestas artísticas. Fuera «super-éxitos» y dentro emociones, sentimientos y buenos haceres. Porque en días así es cuando las sorpresas son más agradables. Y es que sin tanto foco mediático como otros días (cada vez éramos menos las «cronistas» y «foteras») la noche nos deparó la más redonda de las tres.
Como novedad en cuanto a organización fue que esta vez (las anteriores creemos que no) dejaban salir a los exteriores del pabellón, posiblemente para que los (malos) humos de alguno no fueran problema. Lo que no cambió fue la vuelta a los precios no-populares de las consumiciones.
Omago
Con menos gente que en días previos (apenas contábamos unas 30-40 personas al arranque), la propuesta local de Omago inició la noche del sábado. En formato cuarteto con acústica, eléctrica, batería y combo de teclados y bajo, Aitziber Omagogeaskoa arrancó con la sutil «Jantzita Eta Josita» del trabajo debut «Omago». Casi como un susurro nos dio la bienvenido y agradeció la oportunidad. Un inicio mucho más rítmico de batería nos transportó a «Mi Voz», segunda también del EP.
Con cada vez más público en la pista del Bilbao Arena, «Suerte» sonó más a pop-rock aderezada con tintes de bajo y unos coros que hicieron subir las pulsaciones de todos. Volvieron al euskera para versionar «Hor Nonbait» de Dut y para presentar uno de los últimos singles: «Hitzik Esan Gabe» con un sonido más profundo y calmado. La corta «Ningún Ser» nos sobrellevó a un final de concierto mucho más animado e incluso diríamos que bailable.
La rockera «Bakarti Koldarrak» y «Flores» dieron paso a un nuevo tema: «Begiak» donde la electrónica tomó mucho más protagonismo. Cerraron con «Miedo», otro single que ha visto la luz este año para redondear un show corto (40 minutos) pero que se hizo ameno y nos introdujo en una noche para recordar.
Maria Arnal i Marcel Bages
Si Omago fue una agradable sorpresa en cuanto a lo musical, Maria Arnal i Marcel Bages se puede decir que se «pasaron el juego». Sonido, luces, puesta en escena y propuesta artística en general. Eso fueron los catalanes. No nos quedaríamos cortos si decimos que fue el CONCIERTO de lo que llevamos de Bilbao BBK Live Udazkena. Porque si su éxito llegó con el «Tú Que Vienes A Rondarme» (que por supuesto sonó), su último trabajo «Clamor» pone de manifiesto que hay otras formas de hacer música.
Abrieron con «Milagro», que precisamente también abre «Clamor», con María llevándose al público, dos coristas-performances, que acompañaron a las voces, y bien flanqueados por el propio Marcel Bagés y el productor David Soler. Bases electrónicas aderezadas con guitarras en directo, pero sobre todo, un sentimiento en escena que ya desde este primer tema se llevó las primeras ovaciones. Y es que para este concierto fue cuando Miribilla se llenó de más publico.
La segunda para «El Gran Silencio» donde llegaron los primeros agradecimientos y dieron paso al catalán con «Cant De La Sibil·La» y María junto a las dos coristas en primer plano. Porque si algo protagonizó el directo de los catalanes fue la impresionante voz de María Arnal junto a su expresividad y su buen feeling con el público. La contundente «La Gent» de su anterior disco «45 Cerebros y 1 Corazón» fue evocadora y dieron paso a la celebración de «A La Vida». Este tramo completamente en catalán no hizo de menos a un público totalmente entregado, que se cerró con «Jaque».
La parte final tuvo como protagonista unos contraluces que a más de una vez nos cegó, tanto lumínicamente como sonoramente. La rápida «Bienes» dio paso a una de las más conocidas: «Canción Total» que abre su primer trabajo. Con el público en el bolsillo, María se supo mover son soltura por el escenario. Antes del cierre sonaron «Tú Que Vienes A Rondarme», la discotequera «Fiera De Mí» y «Ventura» que arrancó a sólo voces y fue el mejor fin de fiesta acompañada de graves que pusieron al respetable a bailar. Hora larga de actuación que fue (sin duda) lo mejor.
Rodrigo Cuevas
Euskera, catalán y ¿algo más? Sí, asturiano. Porque si el sábado era un día diferente lo comprobamos de inicio a fin. Debemos reconocer que de Rodrigo Cuevas sabíamos poco, casi nada, por lo que su espectáculo iba a ser una sorpresa para nosotros. Y efectivamente, fue una sorpresa y de las buenas.
A la hora prevista y con los músicos en escena, empezó a sonar una locución. Lo que parecía algo grabado, no era más que el propio Rodrigo Cuevas que sorprendió a todos haciendo acto en escena por la parte trasera del recinto y entre el público. Con vestimenta propia asturiana (calzado dorado incluido) nos introdujo en un show que fue mucho más allá de un concierto al uso. Con menos público que con los anteriores, la gente fue entrando en vereda acompañados de un Rodrigo Cuevas que intercaló temas (una decena) con historias y reivindicaciones.
Abrió como el disco, con el dúo: «Namás S’Acaba Lo Que Nun Se Cunta», con unos bailables entre el público antes de subir al escenario, y «Muerte En Motilleja». En «Arboleda Bien Plantada» pidió las primeras palmas y los primeros irrintzis entre inmersiones al euskera. Ese «maite zaituztet» final bien merece un C1.
Electrónica, guitarras, instrumentos ancestrales, castañuelas, acordeón,… fue lo que Rodrigo puso en escena y que intercaló con mucho acierto con varios speechs con tintes cómicos. Para «Xiringuelo» pidió la ayuda del público y nos presentó los ritmos calientes asturianos. Tuvo tiempo para las reivindicaciones de la tradición antes de «Rambalín», que sonó verdaderamente emotiva, y «Cesteiros» con alusión incluida a los sentados en las gradas laterales. El bis corrió a cargo de «Muñeira Para A Filla De Bruxa» con el público totalmente entregado.
Una gran vuelta a «la normalidad»
Tres jornadas, tres artistas por día, con mejores y peores sensaciones pero con algo en común: los conciertos de pie, por favor. Esta última jornada fue (a nuestro parecer) la mejor, la jornada para los «musiqueros» que saben de qué va esto y que lo pudimos ver en el total respeto a todo. Ahora es el momento del público, de devolver a los artistas todo lo que durante este tiempo nos han ayudado con su música, porque ciclos como el Bilbao BBK Live Udazkena se necesitan pero hay que recordar que para llegar allí hay que pasar por las salas. Por favor, acudan a las salas, paguen entradas, compren discos, merchandising, porque no hay mayor acto de libertad y progreso que apoyar a la cultura. ¡Nos vemos en las salas!
Texto: David Pereda
Fotos: Dave Blanco