Maika Makovski: El poder del rock – Kafe Antzokia | Bilbao
Maika Makovski ofreció todo un recital de buen rock ante un lleno Kafe Antzokia
Poco a poco, casi sin hacer ruido, sin querer molestar, como llegando de madrugada, así arrancó su concierto Maika Makovski el sábado en el Kafe Antzokia. Una cita que, por lo visto sobre el terreno, era una fecha esperada tanto por el público como por la propia artista, quien hizo referencia a su anterior visita en tiempos pandémicos donde las sillas reinaban las salas, limitando aforos y constriñendo espectadores.
Sola a los teclados, así se presentó Maika para interpretar la suave “Persian Eyes”, un tema muy en la línea de Nadine Shah. Con todavía el escenario casi en penumbra, y con unas pocas luces de contra que prefilaban las siluetas, el resto de la banda se unió para mantener una calma aparente en “Chinook Wind”. Un comienzo valiente y acogedor para el que nadie estaba preparado y al que a todos sorprendió gratamente.
Una banda compacta
Pero si algo caracteriza a la mallorquina es el rock enérgico y sus directos locos e imprevisibles. Muy motivada y dinámica, la cantante no paró de interactuar con el público y con prácticamente todos los instrumentos. Así, la vimos a los mandos de la guitarra, teclados y percusión, al igual que los polifacéticos Mariana y Sam (unos cambios de roles a simple vista innecesarios y que no alcanzamos a comprender).
Dispuesta la banda de manera física en una perfecta línea recta frontal, apenas disponían de espacio con tanto instrumento para moverse y Maika aprovechaba el escaso metro que dejaron libre antes de las escaleras para pasear varias veces micrófono en mano e incluso bajar al público.
Amplio repaso musical
Siendo esta una gira de presentación de su último trabajo discográfico “MKMK” hubo espacio en los veinte cortes que interpretó para un repaso a anteriores discos. Así “The Gate”, “Number” o “No Blood” rememoraron sonidos pasados que evocaron a artistas como Elton John o Pj Harvey, para a acto seguido poner patas arriba al Antzoki con su hit “Reaching Out to You”.
Hubo momentos más recogidos donde la artista se acercó a sonidos más country como en “”Places Where We Used to Sit” o la desnuda “Tonight” interpretada en el bis, con toda la banda frente a un único micro, y con la única ayuda instrumental de las palmas y las suelas de los zapatos golpeando a ritmo contra la tarima del escenario. También “ When the Dust Clears” apaciguó un poco los ánimos.
La buena comunión que se pudo ver sobre el escenario de la banda se trasladó al público salvo el intento fallido de crowdsurfing de la cantante. Una multitud que llenó la sala y la vestía de cabezas como en las mejores citas bilbaínas. Maika agradeció la respuesta cariñosa de la sala y hizo varios guiños a la tierra traduciendo al euskera algunos de los títulos de las canciones.
Hubo sorpresas en forma de canción, como una versión de un tema de Sparks y algún tema nuevo para el que pidió que se reservaran las grabaciones para otro momento. Las guitarras de “Nevermore” el bajo de “Purpose” y los siempre muy presentes teclados conformaron una buena noche para los amantes del rock más clásico.
“I Live in a Boat” cerró el setlist y fue un buen resumen de la noche. Armonía, disfrute, calidad, energía y buenas ondas radiadas a la sala.
Texto y fotos: Dave Blanco