Morgan – Musikaire | Elorrio

Como en casa

La cita de ayer era en Elorrio, dentro del ciclo Musikaire, que gracias al ayuntamiento de la localidad y diferentes organizaciones, la cultura sale a la calle y de manera gratuita. Si se suma eso a uno de los grupos revelación (y ya bastante asentado), el plan era perfecto. Se anunciaba en el Palacio Lariz de la localidad bizkaína, y nada más entrar al recinto, descubrimos una escenografía cuidada y elegante. El escenario, con el palacio detrás, se encontraba ante unas 400 sillas, que se llenaron rápido y que hizo que mucha gente se tuviese que quedar en la parte trasera, de pie. Eso no quitó magia al evento.

A las 22:35 una voz de megafonía anunciaba a Morgan, describiendo al grupo como grupo revelación de estilo pop-intimista y soul, y con bases de rock americano. El público allí presente, sabía a lo que iba, y durante toda la actuación guardó un respeto intachable, salvo esos que se dedican a contárselo a otros en directo vía mensajes.

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Musik-Air

Los cinco de Morgan salieron a escena, los de siempre, y con Nina al piano de cola, la noche prometía. Un inicio muy íntimo de la propia Nina y «Chuches» al teclado dio paso a los acordes de Paco a la guitarra para el tema que abre «Air» (2017). «Planet Earth» sonó mucho más lenta y delicada que en el disco, donde sobresalió la guitarra.

La increíble puesta en escena del grupo para la ocasión ya lucía desde el primer corte. Además de la iluminación del propio escenario, el juego de luces sobre el palacio, hizo de la noche de ayer una de las de recordar, por lo menos para el público.

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Siguieron con «Blue Eyes», también del segundo disco, que arrancó bajo los aplausos del público, y con un ritmo más eléctrico. Casi sin descanso, y tras unas breves palabras de Nina en euskera, sonó «Attempting», esta de «North» (2016). Rápida e intensa, destacó por los arreglos de los teclados. Casi sin darnos cuenta, llegábamos a la cuarta: «Oh, Oh». En segundo plano, y dando base a los temas estaban Ekain, a la batería, y Alejandro Ovejero al bajo, algo escondido tras el piano de Nina.

La enérgica «Goodbye» fue la excusa para que Nina iniciase sus discursos entre cortes. Esos discursos que basa en su timidez, pero que los gira hacia el humor, de una manera espontánea. Ha creado ese «personaje» que conecta con el público y tan bien parece irles. El siguiente tema, con ritmos soul, fue «Roar» que descendió hacia notas más íntimas a la mitad, para acabar rompiéndose a la voz. Nina entró en calor y ya no bajó el tono. De lo mejor de la noche.

Musik-Home

Ya con banda y público siendo uno, «Work» se la dedicaron, o por lo menos la parte final, a Marcos (mánager del grupo). Para «Praying» pidió la colaboración del respetable con los coros del «oh, oh, oh…», que los mismo son en castellano y en euskera. Todo salió a pedir de boca.

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Turno para la primera balada de la noche con «Sargento De Hierro», ese tema que pone los vellos de punta. Arrancó Nina sola al piano y ese «llévame lejos». Todavía seguimos con el nudo en la garganta. De nuevo, los acordes más eléctricos de guitarra abrieron «Home», que no nos preguntéis por qué, pero sigue siendo nuestro «single» preferido. Acabaron por todo lo alto antes de hacer la primera despedida con «Thank You». Mucho más bailable y detalles funk destacaron en este corte que hizo que Nina se levantase, y agradeciese al público la presencia.

Como para no volver

Todos sabíamos que eso no iba a acabar así, y el «beste bat» sonó desde el primer silencio. Nina volvió sola, se sentó al piano, dio las gracias y sonó «Volver», la segunda balada en castellano del grupo. Los entendidos dicen que si cantasen más en este idioma, triunfarían como la Coca-Cola. Tampoco les va mal, ¿no?

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«Another Road» se encargó de devolver el ritmo a la actuación, que bajó de revoluciones en la parte intermedia, para volver a subir apoyada en los arreglos del teclado de «Chuches». La última, «Marry You», que también cierra «Air», empezó con los agradecimientos a sonido. Después, el comienzo íntimo de voz y guitarra rompió hacia los ritmos alegres, que aderezan con los infinitos arreglos. Se despidieron dando las gracias a todos: mánager, personal de apoyo, a Gaizka por las increíbles luces, a Koldo por el sonido….

Todo fue perfecto, salvo porque nos faltó la cerveza (o el kalimotxo para Imanol). ¡Gracias Morgan por hacer cosas así de cuidadas!

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Texto: David Pereda

Fotos: Dave Blanco

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