Pasadena y M I C E: ganando el partido a base rock and roll – Kafe Antzokia | Bilbao
Pasadena y M I C E, llevaron la calma y la tormenta en la misma noche al Antzoki
La convocatoria del jueves noche en el Kafe Antzokia se vió lastrada por acontecimientos deportivos, y la sala mostró, desde una vista cenital, más tarima que testas. Una pena, pero para quienes no acudieron, pues los allí presentes pudieron disfrutar de dos grandes actuaciones.
Desde California a Bilbao
Los primeros fueron Pasadena, nombre del proyecto musical personal de Libe García de Cortazar y Jon Basaguren, músicos que trás pasar por grupos varios, deciden crear una propuesta conjunta. Banda que bebe de la reciente (y no extinta) Izaki Gardenak. Inmaculados y conjuntados en lo cromático, con ese azul casi rozando el Klein, arrancaron su actuación junto al resto de la banda con “Sima”, tema que abre su primer disco homónimo. Imposible no referenciar este inicio con el dúo que formaron en varios discos el fallecido Mark Lanegan & Isobel Campbell. Un rock el de Pasadena que se mueve por tierras americanas, y que el jueves mantuvieron ese tono casi apocalíptico y oscuro.
Momentos casi todos con tres guitarras, teclados, bajo y batería y que en ningún momento dió la sensación de bola sonora y batiburrillo. Buen sonido, donde todos pudieron exponer sus sonidos sin problemas. Puede que en algún momento, los teclados si que se quedaran algo bajos, pero quitando eso, todo sonó bien compacto.
Brillando en la oscuridad
En algo menos de una hora interpretaron todas las canciones de su disco debut homónimo y un par de canciones que lanzaron como singles el pasado 2022 y que recogieron en un single junto a otras dos. Cantadas a dúo, las voces de Libe y Jon se intercalaban constantemente. El slide de la guitarra de Danilo en “Itzuli” o “Arraza Gabeko Zakur” atemperaba el ritmo que, esta vez sí, se apoyaba de lleno en los teclados de Aitor García (quien esa noche haría doblete).
Hubo momentos en los que la banda sonó aún más intimista, como unos Wilco en marcha reductora, por ejemplo en “Bihotz Taupada eta Labana”, donde Libe cambió la guitarra por los teclados o “Grabitatea”. En otros, en cambio, emanaron destellos de luz con “Ez Gara Hil Behar” o el poderoso cierre de “Hutsune” donde la banda parecía no querer terminar.
Disfrutando del camino
A Miren Narbaiza o lo que es lo mismo M I C E (así, en mayúsculas y separadas) ya la habíamos podido disfrutar en directo antes de la publicación de su último trabajo “Lautada”. En acústico o en dúo junto a Joseba b. Lenoir, sus directos se caracterizaban por cierta intensidad contenida que ahora queda liberada del todo. Acompañada de banda al completo, Miren se centra en cantar y deja la guitarra y demás instrumentalización al resto de componentes.
Ya, desde la primera canción, se notaron las ganas por soltarse de Miren, y en “Negua Udaberrituko Da” apartó el pie de micro. La base machacona del bajo acomodó los embistes guitarreros de Ibai Gofortza. Rozando lo teatral en sus movimientos y gestos, la vocalista se mostró muy comunicativa, tanto en lo verbal como en lo corporal. Trás la crueldad de “Errekastoa” y “Argilunak”, se aflojó una marcha y se enfiló “Margotu Paretak” con una pose más sosegada, reposando las guitarras en líneas suaves.
La fuerza gravitacional
La canción que abre su disco debut “M I C E” sirvió aquí como interludio, sonando más desnuda. Miren activaba con su pie derecho el pedal que accionaba el efecto de coros en su voz, llenando y vistiendo la parte vocal. Gracias a las palabras, en forma casi de petición (o más bien de invitación) de Joseba, la distancia física entre público y banda se redujo considerablemente, encarando con mejor estampa la recta final.
A la acelerada y dinámica “Inor Begira Izanda Ere” le siguió “Zer Dugun Irentsi”, canción que fue creciendo hasta los acordes despiadados de la guitarra de Joseba b. Lenoir. Destellos de unos Pixies algo subidos de tempo, donde Miren incrementó el umbral de su voz, como una pugna simbólica por alzarse por encima del desgarro de las guitarras. “Mintzaira” dio aire a la banda en lo que sería el inicio de un bis sin el protocolo habitual. Una interminable y fuera de marca “Orain Barre, Orain Negar”, con acordes de guitarra de “Lambada” por parte de Joseba, cerró una noche ganadora para quienes apostaron por el rock and roll.
Texto y fotos: Dave Blanco