Marban: vuelven para quedarse – Kutxa Beltza | Bilbao
Marban regresaron a Kutxa Beltza y volvieron a dejar un buen poso de sensaciones y calidad
Los getxotarras Marban han despertado de su letargo para volver a los conciertos, y algo más. El jueves pisaron de nuevo su escenario fetiche, la sala Kutxa Beltza, situada en la primera planta del Kafe Antzokia. Un espacio que les dio buenos momentos en el Izar and Star y que repitieron sensaciones en esta ocasión.
La respuesta a la convocatoria fue del todo satisfactoria, y ya sonando los primeros acordes todavía había gente esperando en la cola de acceso (entre ellos el que escribe). Con “Talento” nos hicimos hueco para poder coger una buena posición entre la marabunta. Sobre el escenario los cinco componentes se encontraban ya en su dinámica. A un lado Alex y su guitarra hiriente, del otro Álvaro a los sintetizadores y tras él Miguel, la nueva incorporación con su bajo. La batería manipulada por Javier al fondo en el centro, y enfrente Guillermo al pie de micro y guitarra en mano.
Nuevas canciones
Bastante comunicativo, pronto Guillermo avanzó que el letargo no había sido en vano y que tenían material nuevo que interpretarían en el directo. En general, su sonido sigue siendo reconocible pero a la vez amplio. A la profundidad de la voz, se le unen guitarras y sintes que pueden recordar tanto a los Arctic más british ( “Mistral”, “El Lamento del Desgarro”), pasando por unos bajo y batería contundentes como los primerizos Kasabian (“Leviatán”), hasta llegar a las guitarras de los patrios Héroes del Silencio en su época pre “El Espíritu Del Vino” ( “Casandra”, “Perséfone” o “Ni siquiera Mi Crueldad”).
Rocosos y compactos como el mármol (material éste que apareció referenciado hasta en 3 temas distintos), el quinteto intercaló momentos álgidos como otros más profundos y lentos. No faltó la ya tradicional posición de Guillermo tocando su Fender Jazzmaster en decúbito supino al finalizar “Casandra”. En la nueva “Serpiente” abrió los ojos y liberó su voz de las catacumbas a las que nos tiene acostumbrados. En los coros, Alex se esmeraba en que no quedara aire en sus pulmones.
Dejando marca
El tiempo apremiaba pues en la sala principal aguardaban otras dos bandas que también querían disfrutar de las mieles del directo, con lo que no hubo bis y tiraron el repertorio del tirón. Para finalizar “Una Daga”, su tema más reciente publicado hasta la fecha, y que ya se ha convertido en himno, entrando más allá de la epidermis. No fueron pocas las voces que lo pidieron ya al final, y al verse al fin recompensadas, esas voces corearon todos los estribillos a la vez que bailaban y saltaban en las primeras filas.
Quedamos a la espera de si las nuevas canciones interpretadas se recogerán en un nuevo disco. Por el momento, parece que las podremos seguir escuchando en próximos directos.
Texto y fotos: Dave Blanco