Así vivimos el Getxo Sound Fest 2019
Segunda edición del Getxo Sound Fest, que contó con las actuaciones destacadas de Miss Caffeina, Coti y Depedro
El pasado fin de semana se celebró la segunda edición del Getxo Sound Fest, ese festival ideado alrededor del movimiento musical que se creó años atrás en la localidad bizkaína. En una primera edición (la del año pasado) quisieron dar protagonismo a bandas locales, junto al gancho de bandas nacionales como Viva Suecia, La MODA o Iván Ferreiro. Fórmula que han repetido este año, con suerte similar.
Previos sonoros y profesionales
La fórmula musical principal iba a ser la misma, pero los preliminares serían mucho más intensos. Una lista mayor de grupos inundaría de música los días previos, todos ellos en esos bares que dieron soporte al Getxo Sound.
Pero además, quisieron darle valor añadido a la marca, creando Getxo Music Pro. Una jornada, la del jueves, que contaría con varias charlas y debates en el Muxikebarri de Getxo. Propuestas interesantes a priori, que no se materializaron en asistencia. ¡Una pena!
Clásicos festivales
Centrándonos más en lo estrictamente músico-festivalero, el propio festival se dividiría en dos jornadas. Para el viernes, el cartel tenía dos nombres de gran repercusión en los festivales nacionales: Miss Caffeina y Dorian. Con ello se aseguraban un buen puñado de tickets. Cosa similar a lo que sucedería el día siguiente, con un enigmático Coti (sí, el que se juntó con Paulina Rubio y Julieta Venegas y «lo petaron») y el polifacético Depedro, que tanto triunfa allí donde va, incluso en el norte.
Sin embargo, Getxo Sound Fest nació con el propósito de dar voz a grupos locales en escenarios de calidad. Por ello, los primeros en romper el hielo fueron (el dúo) Duobite. Guitarra y batería para una propuesta donde lo sonoro predominaba y las voces se difuminan por una carpa que nos servía de cobijo. Posiblemente por «la acústica» del lugar, las voces prácticamente no se distinguían y los ecos emborronaban la presentación de Duobite. En poco más de 30 minutos intercalaron sonidos oscuros a las cuerdas con bases contundentes que consiguieron calentar algo al poco público que nos habíamos acercado a disfrutar del inicio del Getxo Sound.
No podemos negar que nos recordaron a Cala Vento (o Cala Vento a ellos) incluso fue a más con ese tema «Gente Como Tú». ¿Habrá alguna conexión?
Entre voces
Los siguientes en salir a escena eran otros que se pueden consideran locales aunque volaron hace mucho del nido, ni más ni menos que 10 años: Mäbu. Pese a ello, son muy queridos en Bizkaia y sus visitas son constantes. Esta vez, y debido al mismo problema «sonoro», la voz de María no se pudo disfrutar como debería. Otro de esos puntos negativos es el que siempre nos toca dejar en estas líneas, y es que parece que somos el imán de todas esas personas que dedican los conciertos a contar sus semanas o vivencias del mes. ¡Qué pesados!
Repasaron temas de varios de sus discos, entre los que destacaron «Cara Triste», la sexy «Paralelo» o «Los Amantes». Fue curioso también que hicieran promo sobre sus discos y justo seguido hiciesen la versión de Jeanette «Por Qué Te Vas». Pero casi que perdonamos cualquier cosa a Mäbu. Se despidieron (con) «Con Mi Voz». Casi para cuando acabaron, el público empezaba a llenar la carpa del Getxo Sound. Llegaban Miss Caffeina.
Y si los tickets los tenían que vender los madrileños, lo consiguieron. Producción completa con escenario a diferentes alturas y muchas luces para dar la bienvenida a Miss Caffeina. Basan sus temas en un indie-electrónico muy bailable sobre el que preparan letras con bastante mensaje. Todo su show está muy calculado y dejan poco a la improvisación. «Oh Long Johnson» fue la que dio inicio a la hora actuación, y que precisamente da nombre al último trabajo editado.
Sabían del escaso tiempo que tenían y fueron directamente a los éxitos de la banda. «Detroit» no dejó espacio para coger aliento, con un público muy entregado a Alberto y los suyos. Siempre nos resulta curioso ver que en las promos de la banda, sólo aparecen 4 miembros y en directo se les añade uno, que pocas veces es mencionado. Chismorreos de «Sálvame» a un lado, la parte sonora mejoró de sobremanera comparados con los artistas anteriores, posiblemente por aquello de que el público absorbe sonido y los ecos de la carpa se aminoraron.
Dedicaron «Calambres» a aquellos enemigos de la infancia, y dieron un toque de atención a todos esos expertos que siempre dicen cómo deben hacer todo los grupos musicales. Les llamaron «satélites», ¿seremos nosotros parte de ellos? Por cierto, el corte era «Fiesta Nacional», como referencia a aquello de que criticar es el deporte (o fiesta) nacional.
Desgraciadamente «Oh Sana» sigue muy latente. «Mira Cómo Vuelo» dio paso al bis con Alberto luciendo sobremanera en «Bitácora», que trajo la discoteca móvil al Getxo Sound. «Freed From Desire» y «Cola De Pez» despidieron a Miss Caffeina.
Lo (no) destacable
Todo parecía ir en orden y tiempo. Hasta que llegó la hora de Dorian, que acumularon un retraso de 15 minutos, posiblemente por aquello de desmontar (Miss Caffeina) y montar (Dorian) semejantes producciones técnicas (luces, instrumentos y demás cachibaches). El caso es que a la medianoche (como si de la Cenicienta se tratase) había que despejar el recinto y Dorian llevaban set algo más extenso. El nombre y el caché de los catalanes permitieron esos 5 minutos extras.
El caso es que salieron a escena demasiado acelerados, como si les persiguiesen (que en realidad así era), por lo que el show parecía uno de esos de Radio 3, en los que el público parece de atrezzo. Arrancaron con «La Isla», llevándonos seguidamente a las peores tentaciones. Debían hacer como sus predecesores, ir al grano, por lo que «Búscame» y «Los Amigos Que Perdí» sonaron de las primeras.
Muchos dicen que Dorian viven de las rentas y, no sabemos si por eso o por qué, pero hicieron alusión a aquello de que lo importante no es durar mucho, sino vivir mucho. ¿Será por eso que no fallan a casi ningún festival y que siempre se escuchen los mismos singles de la banda? El hecho es que siempre consiguen que el público baile y se olviden por un rato de sus problemas cotidianos, y ¿qué más se le puede pedir a un directo?
Hicieron alusión a aquello del cambio climático con «Justicia Universal» y bajaron las revoluciones con el dúo de cortes «Buenas Intenciones» y «Arrecife» donde Marc se hizo cargo de la acústica. Con «Paraísos Artificiales» y «Cualquier Otra Parte» el tiempo apretaba, pero esos minutos de añadido los dedicaron a «La Tormenta De Arena», donde los balones surcaron el recinto del Getxo Sound Fest. Un buen final de fiesta para la primera jornada.
La incertidumbre
La jornada del sábado partía como una auténtica incógnita, sobre todo para nosotros. De nuevo, dos bandas locales y dos «vende-tickets» se juntaban en la misma jornada, aunque en esta, una de las principales se nos salía del circuito festivalero y a la segunda parecía quedarle el traje de «cabeza de cartel» demasiado grande, pese a manifestarnos absolutos fans de Depedro.
Con todo esto, a las 19h, puntuales, nos presentábamos en el recinto, con Debajo Del Paraguas como arranque. El show fue rápido, apenas disponían de 30 minutos, pero fue de los más frío que escuchamos en las dos jornadas. Escaso público, y aunque el sonido mejoró con respecto a los que abrieron la jornada del viernes, el concierto no fue para nada uno de los mejores de la joven banda, que parecen no pasar por los mejores momentos.
Arrancaron con «Ya Te Avisé» y la propia Paula reconoció que no iba a poder presentar las canciones como a ella le gustaría por la escasez de tiempo. El único inmerso en la vorágine de un concierto parecía ser el multi-instrumentista que se colocaba a un lado del escenario. El resto parecía que no iba con ellos la cosa. «Domingos Despeinados» o «Suerte En Tu Vuelo» también sonaron antes de la despedida, que llegó con «Ni Conmigo Ni Sin Mí».
A por más
Los siguientes fueron Fakeband, primera banda que iba a sonar en inglés pero que nos dejó demasiado fríos por una propuesta bastante plana que acabó por aburrirnos. Aunque el sonido parecía ir a mejor, el rock antiguo que propusieron, donde la parte instrumental y los coros no dejaban destacar nada más, parecía una propuesta demasiado diferente. Posiblemente no supimos disfrutar y admirar el buen hacer de la banda, pero realmente no consiguieron engancharnos casi en ningún momento.
Las sorpresas
Nuestra mayor incertidumbre se tornó en sorpresa, y de las gratas. El argentino Coti, que consiguió el éxito en España con aquel «Nada Fue Un Error» junto a Paulina Rubio y Julieta Venegas, parecía no ser lo más indie del panorama y no ir muy de la mano con lo que estamos acostumbrados. Pero abrirse de miras y dar oportunidades a bandas (emergentes o contrastadas) lleva a descubrimientos. Y Coti fue uno de esos.
Coti Sorokin, como se hace llamar ahora, abrió su noche con «Días» una de esas de las que nos sonaba. Y lo hacía con una banda al completo donde reconocimos a Txarlie Solano (la jornada anterior actuó con Mäbu) y destacamos sobremanera a la corista (y a veces voz principal) Milena Brody. Era la voz femenina para todos esos dúos que Coti necesitaba.
Pero las sorpresas seguían (y muchas por nuestra propia ignorancia) con esas canciones que nos sonaban a otros artistas, como «Andar Conmigo» de Julieta Venegas. Y es que Coti, además de ser un artista propiamente dicho, ha compuesto infinidad de canciones para otros muchos artistas. (Por cierto, los pesados del día anterior nos seguían). En «50 Horas» Coti y Milena se quedaron solos en escenario acompañados de acústica y violín, para dejar la más lenta del todo festival. El argentino aprovechó para recordar que ellos eran partidarios de las cosas en directo, sin pregrabados, dejando una indirecta muy directa.
Versionaron el -tango- «Te Quise Tanto» antes de otra «conocida»: «Otra Vez». El bis del doble de Bunbury (o Bunbury doble de él; sólo nos faltaron las típicas poses del zaragozano) comenzó con su gran éxito «Nada Fue Un Error» antes de nuestro shock del festival. «Color Esperanza» fue aquel éxito que llegó con el nuevo siglo y que recordamos cantada por Diego Torres, pero que, sorpresa, está escrita por el propio Coti. Con ellos cerró un concierto ameno, divertido y que nos volvió a recordar que la música va más de allá de estilos.
Llorones
Y como colofón final: Depedro. ¡Qué más podíamos pedir! Mucho público del sábado fue por Coti, por lo que las primeras filas quedaron algo más libres, cosa que agradecimos, y es que sólo quedábamos los que queríamos disfrutar de Jairo y sus secuaces. Porque el madrileño se ha sabido rodear de músicos que consiguen transmitir el sentimiento propio por la música al público y eso nota en directo.
Con menos tiempo del habitual, salieron con los éxitos «Ser Valiente», «Como El Viento» y «¿Hay Alguién Ahí?». Sin más producción técnica que una pantalla de fondo donde se iban impresionando imágenes y letras de los temas, Depedro se metió al público en «El Pescador». Instrumentos a cuestas y a cantar entre el público. Móviles preparados y poder inmortalizar a Depedro notando su sudor fue único.
Versionaron «Fiesta» de Joan Manuel Serrat antes de girar sus ritmos a aquellos que rozan la cumbia y los sonidos más sudamericanos como «Flores Y Tamales», «Diciembre» o «Panamericana». Una parte muy instrumental fue lo más destacado de ese «Antes De Que Anochezca» y cuando la medianoche ya amenazaba, se despidieron con «Llorona». No hubo tiempo para nada más y los coros del público cerraron la segunda edición del Getxo Sound Fest.
¿Tendremos Getxo Sound Fest 2020? ¡Seguro que sí!
Texto: David Pereda
Fotos: Dave Blanco