Ben Howard: honestidad y electrónica – Santana 27 | Bilbao
Ben Howard vence y convence a pesar del lastre de lo desconocido
Al bueno de Ben Howard sólo le faltó rematar la faena para irse coronado de Bilbao. Con un setlist que abarcó toda su trayectoria, acabó con un corte con demasiada electrónica y poca carga emocional en la letra, que dejó algo frío al público, que insistía en pedir un segundo bis que nunca llegó.
Black Sea Dahu cumplieron y convencieron
Pero mucho antes, siguiendo el horario que marcaba el cartel, a las 20h salieron a un escenario abarrotado de instrumentos el joven quinteto Black Sea Dahu. Ante poco más de 50 personas arrancaron lo que sería una actuación notable. Su sonido próximo a nombres como los de The Lumineers, el proyecto de la suiza Janine aprovechó los 30 minutos de los que disponían para convencer a buena parte del público que se iba congregando por la sala. Muchas capas acústicas para la voz grave de Janine, que siempre estuvo acompañada de su guitarra acústica.
Pop folk luminoso con bastante carga emocional en la interpretación vocal que conectó con el público que aguardaba al londinense. Teclado mecánico old school, conchas, baquetas el aro de la caja, escobillas, toda una serie de recursos sonoros que iban apareciendo y tomando el relevo de otros sobre la marcha dentro de cualquiera de los temas interpretados. “I Am My Mother” y “White Creatures”, sus dos lp hasta la fecha dotaron a un setlist con cinco líneas, corto para el buen clima que estaban dejando. Anunciaron que regresarán el próximo año.
Adelantando tiempos
Ben Howard está aprovechando esta gira para testear sus nuevas interpretaciones. El londinense ha publicado dos adelantos de lo que será el sucesor de “Collections From The Whiteout”, disco que publicó en 2021. En Bilbao compartió con su público varias más. Movimiento arriesgado siempre el estrenar temas en directo de reciente creación y más aún sin haber sido publicadas, y esto se notó en la sincronía con los asistentes.
Salió a escena algo tímido e introvertido, muy en su línea, soltó un “Gabon Bilbao” y arrancó con dos canciones no publicadas (“Walking Backwards” se lanzaría esa misma noche en plataformas digitales). Por lo escuchado en directo, los sonidos electrónicos y modulares roban protagonismo al folk más primitivo que abrazó allá por 2011. Una evolución lógica en la carrera de un artista inquieto y atrevido dentro de lo establecido.
Sin dejarse nada ni nadie
Acompañado de una banda que le rodeaba casi en un semi círculo, batería, teclista y segundo guitarra ( con lap steel en muchas ocasiones) le escoltaban por la espalda, a su izquierda, su bajista y en ocasiones tercer guitarra que actuó descalzo y a su derecha una chelista que también hacía de mujer orquesta con percusión, coros y algo de sintetizadores. Las proyecciones que abarcaban todo el fondo del escenario fueron mutando de grabaciones cotidianas a cintas antiguas de multitudinarias clases de gimnasia a imágenes más abstractas y geométricas.
Los dos micrófonos juntos que compartían pie de micro le servían para modular su voz con cierto toque robótico, efectos digitales para unas letras más analógicas. Esto se hizo notorio en las composiciones más recientes, mientras que cuando se acompañaba de su guitarra acústica su voz sonaba más desnuda.
Al cobijo del folk
Casi en orden cronológico, pero de lo reciente a lo pasado, Ben Howard fué desgranando su repertorio . “You Have Your Way”, “Metaphysical Cantations” y “Promise” destacaron en la primera parte de actuación. Después llegaría el turno de su disco ”I Forget Where We Were” de 2014. La canción homónima del disco creció con la doble percusión y los acordes de la segunda guitarra. “Time Is Dancing” y “All Is Now Harmed” con una intro extensa que parecía no querer arrancar nunca, aportaron luz y los primeros coros del público.
Para la parte final, llegó el turno de su debut discográfico “Every Kingdom” con dos de sus perlas. “Black Files” devolvió el silencio sepulcral y los móviles en alto a la sala como ya lo hiciera antes “Promise”. Salida y vuelta de escena para acabar con “The Fear” y la piedra en el zapato de “Spirit”. Un cambio en el orden hubiera dejado en alto su gran actuación.
Texto y fotos (móvil): Dave Blanco