Damien Jurado + Corrina Repp: La emoción de lo simple – Kafe Antzokia | Bilbao
Un Antzoki lleno de sillas fue testigo del recital que dieron ambos intérpretes y sus guitarras
El paso de Damien Jurado por el festival otoñal BIME en 2018, dejó buen poso pero aún siendo en el fabuloso espacio Antzerkia, no fue todo lo teatral que se esperaba por los cambios que se le dieron al recinto, con lo que la actuación del norteamericano quedó algo distorsionada con tanta interferencia festiva.
Pero la cita que a continuación se detalla, versó diferente. Para empezar, el clima propiamente dicho, que ya emanaba calidez en las calles, tanto como los paisajes de un planeta contiguo a causa de la calima que pasaba por la península. El bueno de Damien propuso un viaje ligero de equipaje, con todo el público bien acomodado en sus asientos.
Corrina Repp. la calidez humana
Sin referencias previas de la cantante californiana, sorprendió con su propuesta sobria pero de alta intensidad emocional. A la hora establecida salió a afinar su guitarra aún con las luces de la sala y el hilo musical en on, con lo que se volvió a camerinos y volvió pasados dos minutos, ahora sí, con toda la atmósfera del recinto aguardando a su favor. Sus treinta y cinco minutos de actuación captaron al público de principio a fin con temas profundos en cuanto a voz y que acompañaba sólo con su guitarra eléctrica con la que, en ocasiones, jugaba y se apoyaba en loops creados in situ para dar un colchón sonoro a las melodías que iba ejecutando, como con la que abrió “The End of a Gun” de su último trabajo “Island” o “The Shore” donde recurrió a voces de coro. Recuerda mucho a esa ristra de intérpretes algo oscuras y emocionales como son Emma Ruth Rundle, King Hannah o A.A.Williams.
No muy dada a las palabras, agradeció la labor del personal técnico de la sala por el buen sonido que le llegaba de los monitores. La pega vino por el sonido del secador de manos del baño femenino que en los primeros compases de la actuación, intervenía en la acústica espectacular que en la sala se disfrutaba.
Su repertorio se basó casi en su totalidad en su último disco, y a las ya citadas canciones, también se unieron “One Summer” y con la que cerró “We Were Once on an Island”, un tema que conservó el clima tenue y cálido que transmitió durante toda su actuación y que, por la ovación entre canciones y la final, cuajó y gusto entre el respetable.
Damien Jurado, solidez y carisma
Sin quitarse en ningún momento las gafas de sol, Damien y su acompañante aparecieron en escena y tomaron asiento, agarraron sus respectivas guitarras y así se mantuvieron toda la noche, cual concierto reservado en el salón de cualquier hogar. Y es que eso es lo que transmitió, a pesar de empezar muy escueto en palabras, Damien tocó e interpretó de manera sublime todas y cada una de sus canciones, sin alardes ni conjuros mágicos haciendo que cada una de las personas asistentes se vieran solas frente al norteamericano.”Allocate” de su disco “The Horizon Just Laughed” arrancó aplausos con los primero acordes, acto que se repetiría varias veces más a lo largo del repertorio, como en “Ohaio” o “Cloudy Shoes” donde Damien elevó el tono de su buena voz.
La mala coordinación en los aplausos de acompañamiento de un sector de la planta superior hizo que Damien interrumpiera el comienzo de “Rachel & Cali” para soltar la joya de la noche ‘you are a terrible drummer, shut up!’ provocando las risas y los aplausos del resto de la sala.
Por y para las sensaciones
Ajeno a todo estuvo Josh Gordon, la otra guitarra sobre el escenario que se encargó de acompañar y velar por el acomodo de los temas que Damien iba escogiendo según le apetecía del cuaderno con letras y partituras que tenía frente a él, en un improvisado atril. Gordon, mostró polivalencia con los recursos de pedales o percusión en el cuerpo de la guitarra, mientras que Damien carecía de pedalera y tan sólo se despegó de su guitarra en una ocasión, tomando una pose casi de cantaor flamenco en “When You Were Few”. Siempre guardando ese palmo de distancia con su micro, la proyección de voz del norteamericano no menguó, pasando en ocasiones por zonas agudas (“Sheet”).

El broche final llegó con el turno de más clásicos, “Sheets” , “Museum of Flight” y el bis con “Helena” hizo las delicias de los seguidores más veteranos. Excelente oportunidad la del martes para disfrutar de una de las voces americanas masculinas de las últimas décadas en cuanto a música popular se refiere y excelente elección la del acomodo en sillas, que el propio Damien agradeció y elogió por el clima favorable para su música que esto generó.
Foto y texto: Dave Blanco
Honrad a los ávidos de entusiasmo, a los de fuego interno, a los del zapato usado por la calle y por le tiempo.
Y callad a los cómplices gregarios que saben bien apocarse y seguir la nota dominante, a los que confunden civismo con borreguismo, a los silenciados.
¿Mala coordinación dices? Hablas del mar a marineros. Si acaso lo que afirmas fuera posible, pero se hace imposible en canciones que podría seguir al pie una paloma coja y a las palmas una foca con Parkinson.
Damien debe estar orgulloso de sus buenos soldados.