Maren: En constante evolución – Social Antzokia | Basauri
Días de contrastes hacen de esta época del año un caos en los armarios, una dualidad climatológica con la que nos despertamos casi a diario. El viernes tocó tarde de nubes negras esperando una descarga inevitable de agua, que hacía del plan peli-manta una apuesta segura para casi todos. Pero hay tiempo para todo, y antes de tirar de comodín hogareño, decidimos acercarnos hasta el Social Antzokia de Basauri para ver a Maren. La joven bilbaína arrancaba gira de once fechas (anunciadas hasta la fecha) para presentar su cancionero más reciente con banda.
Maren nos presenta a Maren y Margarette
Como ya hemos dicho, la climatología no animaba a salir, y a pesar del buen horario (comenzaba a las 20h), la entrada fue floja, con algo menos de media entrada, con sólo las butacas de pista a la venta. Aún así a Maren la vimos “agradecida y emocionada” por venir. Lo primero que pudimos escuchar fueron unas reflexiones de la propia Maren a modo de intro. Mediante una voz en off, nos puso en situación y en sobre aviso de a quién nos íbamos a encontrar esa noche, Margarette, su alter ego en el que se transforma en los escenarios y la encargada de contar historias. De fondo unas simples notas de piano y a su salida al escenario retomaría dicha secuencia de notas en uno de cola que aguardaba en un lateral junto con el resto de la banda, generando una atmósfera oscura e iluminadora a partes iguales. Un breve silencio dio paso a “Fotosíntesis”.
Maren y su banda parecen congeniar bien, y sonaron sólidos desde el comienzo. A Eduardo Martínez (teclados) y a Marc Sospedra (bajo y guitarra) ahora se les ha unido Gloria Maurel (batería) y ya avanzamos que nos gustó mucho esta nueva incorporación. Centrándonos en el repertorio, Maren interpretó prácticamente todo su arsenal de canciones, mezclando el castellano, con el euskera y el inglés. También demostró su dominio del francés con la versión de “Marie Douceur Marie Colère” de Marie Laforêt. “Cualquier Cosa Que Diga Yo”, “Etxien” y “Dear Murphy” dieron muestra de, en poco tiempo, la evolución compositiva de Maren, donde sus temas más recientes ya abren brecha con los de sus inicios, menos arriesgados, con instrumentalización estándar. Cuando salían a escena cortes como “Aeropuerto” o “Margarette, Todos Lloran Por Ti”, los teclados de Eduardo tienen más peso que la guitarra de ella o de Marc, donde tiraba más de bajo. En “Un Sitio Que Tenga Sol” la simbiosis voz-teclados la vimos clara dándole al tema una mayor luminosidad en comparación con la versión de estudio. Marc se gustaba cuando agarraba su guitarra, mención especial en varias partes de “Debería Ser Normal” y Gloria, con su estilo elegante y sosegado cual batería de jazz, aportó calidez a la percusión.
Sin miedo pero sin vergüenza
En cuanto a la voz de Maren, cero pegas y cero dudas. Le dio más intensidad a algunas partes como ya hemos comentado en “Un Sitio Que Tenga Sol” o en “El Día Que Bajé las Escaleras” Si que es verdad que conforme se iba agotando el concierto, puede que la relajación o el devenir de los temas “Te Invito A Mi Piscina (para Matarte)” o “La Estación Espacial de Teruel” hicieron descuidar algún aspecto interpretativo. También la banda mostró algún fallo de coordinación, pero fueron apenas un par en un sin fin de aciertos y buenos momentos. Los dichosos in-ear le dieron la noche a la cantante, a la que le vimos ajustándolos constantemente.
Maren nos recordó viejos directos cuando se quedó sola con su guitarra para cantar “Begixek” y “Plastic Bottle Queens” . Se la vio muy cómoda, con un formato al que le ha echado horas y kilómetros y en el que, curiosamente, no articuló palabra alguna lejos de las estrofas establecidas en los dos temas. “Time-Lapse” y “Aurpegixek” (arrancó las palmas de acompañamiento del teatro) ambas ya con banda, cerraron el bloque principal, para volver en menos de un minuto al escenario casi corriendo para el bis y la abducción final con “La Estación Espacial de Teruel”, con los focos del escenario locos cual ovnis sobrevolando cabezas.
Las charlas constantes de Maren entre canciones fueron el único pero de la noche, un lastre que nos quitaba y daba ese caramelo que son sus canciones todo el rato. Su faceta de comunicadora la tiene bien desarrollada y cubierta en su día a día ( muy activa en redes sociales, tiene canal de youtube, podcast,…) y puede que unos bloques más extensos de temas sin dirigirse al público arregle el timing de futuros directos.
Texto y fotos: Dave Blanco