Lendakaris Muertos / Zartako-K | Kafe Antzokia

Punk, ska, desenfreno y osos panda

Cuando llegamos vimos el Sold Out en taquilla y a gente en la puerta esperando y privando, lo de siempre. En la ventanilla, dos tipos preguntando por entradas de reventa y en la puerta, el habitual encargado borde de seguridad, la primera cresta y bastantes personas que empezaban a taponar la entrada. Una vez dentro de la sala, el tiempo pasó tan acelerado que no salimos ni a tomar el aire, ¿para qué íbamos a hacerlo? El bolo que vivimos la noche del viernes en en Kafe Antzokia se puede analizar en su conjunto: BRUTAL, o mejor lo haremos por partes. Al escenario se subieron Lendakaris Muertos que están girando su último disco «Podrán cortar la droga pero no la primavera» y como teloneros Zartako-K, con un repertorio repartido entre su reciente disco «Alienados» y los dos discos anteriores, sobre todo el «Odol Berria».

Zartako-K

A las 22:00h empezaron los de Tafalla que celebran este año su décimo aniversario en los escenarios. Con una actitud ruda, este grupo tiene el espíritu del Oi! que aderezan con ritmos ska, reggae y mensajes políticos y reivindicativos de la clase obrera. «Alienados» abrió el concierto, igual que lo hace en su último disco para seguir con «Hablan» de «Odol Berria». Endika, el cantante, trabaja la voz con destreza y entre todos suenan del carajo. Siguieron con «Baserriko Laguna» de «Alienados» y «Métete al bar»  de «Odol Berria» otra vez. Este set list intermitente hizo que el público coreara los temas aunque necesitamos más canciones para entrar en calor. No pudimos evitar evocar a la música jamaicacana e inglesa y notar la influencia de grupos como Skalariak, Toots and the Maytals, The Specials o Kortatu cuando escuchamos a este grupo navarro.

Foto principal Zartako

La música de Zartako K está bien trabajada y la longitud de los cortes es de unos cuatro minutos de media. Usan un nutrido backline con batería, teclado, bajo, guitarra, trombón, trompeta, saxo, voz principal y coros. Entre canción y canción recordaron que el jueves pasado murió un trabajador de servicio (un ertzaintza en altercados deportivos). Nos extrañó el mensaje (aunque les honre) pero concluyeron la oración diciendo «Ellos a lo suyo y nosotros a lo nuestro». No podía ser de otra manera. Sonaron los temas «Mensaje desde el primer mundo» y «El sistema te quiere así» del último disco. Este grupo tiene un mensaje bastante enriquecedor que se acerca al movimiento Straight Edge con una crítica a las drogas como armas del sistema para atontar a la masa. Tocaron «Yo fui pankartalari» del disco «Kalekumeak» y siguieron intercalando los temas de los dos últimos discos. El público no aplaude pero cantan las canciones, que ya es algo. Terminaron con «Rudies» del último disco. Llegaron las once de la noche y no hubo beste bat, ni aliento, ni descanso. Antes de darnos cuenta ya estaban los Lendakaris encima del escenario para liarla parda.

Lendakaris Muertos

A las 23:12 una gran ovación inundó la sala mientras en los monitores sonaba el himno de la URSS. Los de Iruña ya volaban en el escenario cuando empezaron a tocar «Gora ETA» y «El último resort» del último disco. Aitor, el cantante, no paró un solo momento en el mismo sitio, el buen rollo se hizo presente y fue hasta contagioso.  Sonaron los clásicos «Cerveza sin alcohol» y «Ni si ni no» y todo parecía normal hasta que sonó «El último txakurra». El concierto aquí dio un giro y el estilo frenético del grupo se hizo comunitario.

Foto principal Lendakaris

Jokin al bajo  y Joxemi a la guitarra (ex guitarrista de Ska-P) no pararon de provocar e invitar al público a cantar o berrear los temas. Era difícil verlos a todos juntos en el escenario y esto le dio un plus al concierto. Mención especial a Potxeta que tocó la batería a ritmo desenfrenado y perfecto. Sonaron «Detector de gilipolleces» y «Violencia en acción» del disco «Lendakaris Muertos» y el contrabando de chaquetas, camisetas y demás artículos fue una constante en la hora y media de concierto. Sonaron «Speederman», del último disco y «Cómeme la franja de Gaza» donde Jokin se tiró al suelo para matizar los acordes.

Puto nazi el que no bote

Los encapuchados, las crestas y los turbantes invadían el escenario mientras sonaba «Pasao de rosca». Hicieron un breve silencio al finalizar y rápido se escuchó entre el público el mítico: «Puto nazi el que no bote» y vimos a una sala abarrotada botando como locas y como locos. Cuando sonó «Nunca más volverás a aplaudir en un avión», había tan buen rollo en la sala que nuestro cuaderno de notas quedó apoyado en una columna sin correr ningún peligro. Por allí pasó Aitor, lo vio, y ahora tenemos su autógrafo.

Como de costumbre, en «Besos gaztetxeros» un par de tíos subieron al escenario en busca del amor de Aitor y Jokin y lo encontraron.

beso edit

Los chicos se besaron y concretamente Aitor y su pareja lo hicieron como si no hubiera un mañana. La sala ya era nuestra casa cuando sonó «No ez no», «Lamentablet» del nuevo disco y otro hit: «Centro comercial». El pogo estuvo presente pero fue escaso. Joxemi y Aitor se mezclaron entre la multitud y llegó el momento de ver al cantante elevado por encima del público durante un buen rato haciendo posturas. Sublime.

publico plancha edit

Los himnos lendakarianos son breves, efectivos y mordaces. Tocaron un total de 31 temas, más aditivos. De ahí que el tiempo se pasara tan acelerado e intenso. No hubo descanso ni nada de eso y en la recta final sonaron del útimo disco «El 4K se llevó a mi chica» y la veterana «ETA, deja alguna discoteca» en donde la sala era un desfogue de personas entregadas a un grupo igualmente entregado a su público. Entre esta mágica simbiosis caótica, apareció en el escenario el oso panda gigante Eddu, el que según ellos en una entrevista a Oscar Cubillo la mañana antes del concierto, es la versión lendakariana de Eddy, la mascota de los Iron Maiden. Los Lendakaris Muertos cerraron el concierto del viernes con el himno de la URSS a todo trapo, el público abrazado a Eddu y todas y todos abrazados entre todas y todos.

eddu eddit

A la salida, merchan variado de ambos grupos y un frío que cortaba la piel pero con una buen rollo en el cuerpo que durará hasta la próxima vez que se acerquen ´los Lendas´ por tierras bizkaínas.

Texto y fotos: Pepa Ferreiro.

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