Liher: A pesar de todo – Santana 27 | Bilbao

Liher actuó el pasado viernes en la sala Santana 27 de Bilbao dentro del ciclo Beste-Bat

Llevamos 12 meses de pandemia mundial, viviendo muchos de ellos en un estado de alarma policial que recuerda a tiempos pretéritos vistos en pantallas que no sumaban más de dos tonos cromáticos. Y la cosa, para desánimo de muchos, no tiene tintes de mejora.

La cultura nos salvó de un confinamiento que arrancó con rollos de papel y que ahora cuenta los papeles llenos de sanciones. Nos privaron de libertad, lo asumimos y nos refugiamos en música, libros, series, películas… Esa cultura que siempre estaba ahí y que sin darnos cuenta nos hacía mejores. Quizás, por eso ahora, la cultura está tan golpeada.

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Hoy en día un concierto es un oasis dentro de esta cárcel en las que nos están haciendo vivir. Porque ahora los conciertos sólo son para unos pocos. Ir a disfrutar de un directo es encontrarte a la policía local comprobando, a la hora de apertura de puertas, que un concierto que han organizado, y apoyado económicamente, las instituciones públicas es legal. ¡La cultura siempre debería ser legal, joder!

Al directo

Entras a una sala que a duras penas sobrevive y el panorama es desolador. Un espacio que superaría el millar abocado a unas cuantas sillas colocadas al milímetro. Posiblemente las ganas de música en directo superaron todas estas dificultades y, a pesar de todo, hubo Liher.

Porque si hay una banda que en los últimos años ha explotado esa es Liher. Y ya no sólo en el directo. Su último trabajo «Hemen Herensugeak Daude» es una historia, que como esta de la cultura, está muy al día: la violencia contra la mujer. 14 cortes para una narración que además de sonora es visual gracias a las ilustraciones que contiene el disco. Merece la pena echarle un ojo.

En lo musical hay poco que discutir. Liher tiene fuerza en escenario con fluctuaciones hacia el blues en ciertos momentos y muy bien acompañados de la voz de Lide. El viernes disfrutamos de 16 temas, su gran mayoría de este último LP. La encargada de romper el hielo fue «Ihesaren Dantza Arrotza» en un ambiente realmente frío. Y es que poco más de 50 personas íbamos a ser los «privilegiados» de disfrutar de Liher.

Con «Gorri Ilun» volvimos a sentir los graves en el pecho (era nuestra primera vez en 2021) y se nos pusieron los pelos de punta. Las líneas de bajo destacaron sobre una dobles guitarras que empezaban a sonar atronadoras. Siguieron «Ezti Eta Etsizko Egunak» y «Estoldak Gainezka» queriendo seguir el hilo narrativo del disco.

Con el ambiente encendido

Con parte del público ya totalmente metido en el show, bajaron pulsaciones con el trío de temas «Sismografoa Eta Lurrikara», «Behazun Beltza» y «Zure Azal», la lenta del último disco y que realizaron a dúo Lide, a la voz, y Etxarri a la guitarra eléctrica. Un duelo a muerte del que salimos vencedores los espectadores.

En «Zulo Bat Gehiago», con de nuevo toda la formación, Lide se olvidó de la guitarra para demostrar la fuerza vocal y escénica que es. Retornaron los ritmos más violentos de Liher para volver a demostrar de los que son capaces. En «Penitentzia» sonaron esos ritmos blues que tan bien saben anexionar al stoner más puro. «Testigantza» dio paso al sonido más crudo de Etxarri a la guitarra en «Arrain Hilak», de su anterior trabajo «Tenpluak Erre». Porque el viernes los reyes eran ellos y nosotros esos peones que hacemos que la cultura no caiga y, por ende, nos haga caer.

Sillas que se movían y caían

La coreable «Nor Da Piztia», en una versión mucho más corta que en otras ocasiones, dio paso al tramo final, donde las sillas empezaban a sentir los movimientos de sus habitantes e incluso decaían en su misión de mantenerse firmes. En un concierto siempre hay tiempo para ver algo por primera vez.

«Oskol Gogorrena» llevó el grito desesperado de Etxarri para dar paso a los ritmos más bailables de «Teloia». No hubo prácticamente descanso y es que, en el estado de alarma en el que vivimos, el reloj es la mayor espada de Damocles. Los agradecimientos por parte de Lide se rompieron con los aplausos rítmicos que propuso Etxarri y que de buena manera seguimos para ese viaje que es «Thelma & Louise». Un viaje que nos llevó hacia un desvío con destino «Call Me» de Blondie.

La despedida fue para «Hemen Herensugeak Daude», un tema que podría recorrer cada curva del dragón portada del disco y es que un inicio íntimo nos lleva por diferentes ritmos hasta una explosión sonora con la voz de Lide y los riffs de la guitarra como protagonistas. Un final redondo para un concierto correcto y, sobre todo, muy necesario. ¡El mundo necesita más Liher!

Texto: David

Foto: Intagram: @ietxarrisistiaga

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