Mundaka Festival 2018: viernes

Arranque pasado por agua salada

El pasado viernes arrancaba en la península de Santa Katalina la IV edición del Mundaka Festival, con un cartel de lo más internacional y con apuestas importantes por artistas de muy diferente estilo. Además de eso, actividades gastronómicas paralelas completan el cartel de un festival que se define como music & cook.

Empezaríamos estas líneas hablando del propio festival y de la música, si no fuese porque intentando facilitar el transporte (sobre todo Bilbao-Mundaka), la organización hizo una faena muy grande a muchas de las personas que se acercaron o, por lo menos, tenían intención de hacerlo. Anunciaron un autobús que conectaba la capital bizkaína con la localidad costera, sin embargo, tanto el horario (de vuelta) como el precio no se ajustaban a lo que consideramos es la realidad. Por si fuera poco, decidieron que el servicio especial de Euskotren que otros años sí había, este llegaría sólo hasta Amorebieta. Las combinaciones para el uso del transporte público eran difíciles.

Copernicus Dreams

Volviendo a lo estrictamente musical, los encargados de abrir escenario eran Copernicus Dreams. La banda liderada por Chus Gonzalez, presentaba su último trabajo «The Honeymoon» (2017), con un estilo americano, en acústico y con una base importante de teclados.

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De este último disco sonaron dos de los temas más importantes de la banda: «The Wedding Day» y «The Honeymoon Song», donde los ritmos folk destacaron ante un público que ya se iba acercando al recinto. Intentaron animar a los que ya estábamos allí con «Leave For Life» de su primer trabajo «Sunrise» (2015) con un estribillo de canción de verano, a pesar de que el día no auguraba una noche muy estival. En «How We Miss You», dedicada expresamente por Chus, hubo tiempo para el despliegue de la guitarra eléctrica.

«For You From You» sonó más rockera con las dos guitarras eléctricas y cerraron la hora escasa de actuación con «Run Baby Run!», tema que también cierra «The Honeymoon», y que le dio un toque más veloz al final. Horario complicado para los de Castro Urdiales, que supieron desplegar un setlist directo para enseñar sus ritmos american-folk.

Depedro

El siguiente era Depedro, con banda al completo, y que regresaba a Bizkaia tras su impresionante actuación de octubre en el Satélite T, donde llenó tantos días como estuvo. Allí a cubierto, el viernes al aire libre. Pero el norte parecía tenerle guardado una sorpresa: la lluvia. Poco le importó, porque supo sobreponerse y hacer un actuación sobresaliente.

Salieron directos, con «¿Hay Algo Ahí?», y sí, había algo y alguien, los que sabíamos de su buen hacer. Con sonido mucho más eléctrico, la ocasión lo merecía, siguieron con «Ser Valiente» mientras el diluvio aumentaba y espantaba a algunos. Otros en cambio, decidieron abrir los paraguas. Desde aquí: no, paraguas en los festivales, no. Deberíais vivir y saber lo que siente con un chubasquero. No pasa absolutamente nada y además dejáis ver a todo el mundo.

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Momento hater a un lado, Jairo siguió con «Nubes De Papel» y su ritmo bailable, que puso a los valientes a mover los pies. Recordó que una parte de este tema se incluyó en el corto «La Pureza». La nubes seguían ahí, queriendo sumarse a la fiesta.

Sonaron, entre otras, «DF» (sin Bunbury y con la acústica de Jairo), «Déjalo Ir», «El Pescador» o «Hombre Bueno». Cerraron con esa que une continentes como es «Panamericana» y la majestuosa «Llorona», que consiguió hacer cantar a todo el público. Hora de concierto que acabó con el uoh del respetable mientras todos salían del escenario uno a uno.

Fink

Decidimos aprovechar el parón entre Depedro y los siguientes, Fink, para reponer energías. Y vivimos lo peor de la noche. Además de la cola para pagar (soportable), lo que ofertaban y lo que entregaban se parecía bastante poco. La mitad de los ingredientes, a las 22:15, estaban acabados, pero el precio seguía siendo el mismo. Un festival que tanto cuida la gastronomía, no puede tener esa oferta dentro del recinto. ¡Un verdadero despropósito!

Volviendo de nuevo a lo musical, el turno era para Fink, una banda diferente, con un directo espectacular y que agradecemos al Mundaka Festival que haya traído. Ritmos entre el post-rock y el folk, hechos con delicadeza, la misma que demostraron sobre el escenario y que atrajo a muchos de los que no conocían (y nos sumamos) el directo de Fink.

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Llamaba la atención la doble batería, una de ellas compartida con guitarra y voz. Algo diferente para un festival diferente. Fin Greenall, a la voz, intercaló eléctricas con varias acústicas, para darle el tono intimista a «Looking To Closely» o «This Is The Thing». Con más contundencia y apoyadas en la doble batería sonaron «Warm Shadow» o «Pilgrim».

Una hora de actuación de temas extensos que parecían quedarse cortos ante el buen hacer del músico inglés y los suyos. Fue nuestra mayor sorpresa de la jornada.

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Vintage Trouble

Y tras la aparente clama, llegaría la tempestad en forma de lluvia y Vintage Trouble. Todos sabíamos de lo que trata un concierto de los angélinos y nadie se quiso perder al showman Ty Taylor. El rhythm & blues aderezado de soul llegando, en ocasiones, al rock de Vintage Trouble casi desplegó todo su mejor repertorio en Mundaka.

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La lluvia, que seguía cayendo intermitentemente, deslució algo la actuación, a pesar de que Ty no dejó de animar a los asistentes. Bailes, olas, saltos, bajadas al público… Hizo todo lo posible por hacer el mejor show posible y por momentos lo consiguió, incluso fue capaz de llegar en volandas desde la mesa de sonido hasta el escenario. Sin embargo, las múltiples setas, no dejaban disfrutar al 100% de los Vintage.

Sonaron los ya clásicos de la banda «Strike Your Light», las intimistas «Gracefully» o «Nobody Tell Me» y las hiperactivas «Run Like The River» o «Knock Me Out». Hora y diez minutos de concierto que cerraron de la manera más curiosa, saliendo entre el público. Buena actuación de Vintage Trouble.

Chk Chk Chk (!!!)

Los encargados de cerrar la primera jornada eran los new yorkinos Chk Chk Chk (!!!). Si la gente quería moverse con ellos, lo consiguieron, pero poco más que eso ofrecen. Constantes movimientos espasmódicos de las voces y bajadas al público de Nic, que a veces olvida donde está el escenario.

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Tienen clásicos que ponen a bailar hasta al más parado como «One Girl / One Boy» o «Dancing Is The Best Revenge» o temas más «íntimos» como «Even When The Water’s Cold» o «Our Love». Compartían cabecera de cartel con los anteriores, y sí, animaron, pero poco más. El huracán Vintage Trouble ya había arrasado la península de Santa Katalina y poco se podía mejorar ya.

Estuvieron una hora escasa sobre el escenario y la despedida fue cuanto menos fría. Nadie sabía si iban a volver, el público pidió tímidamente otra y los técnicos no sabían si empezar a desmontar. Sí, eso pasó, ya se había acabado eso.

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Final deslucido para la primera jornada de un Mundaka Festival que tuvo la visita de la lluvia y que gracias al buen hacer de casi todos, consiguieron levantarlo. Tocaba volver a Bilbao, y sí, en coche.

Texto: David Pereda

Fotos: Dave Blanco

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