Rat-Zinger / Svetlanas – Kafe Antzokia
Hostias como borschts y ratas
Las fiestas de la ciudad de Bilbao son una especie de orgía de alcohol, buen rollo y desenfreno por vía urbana y venosa que se contagia nada más bajar del metro en Abando. O al menos esa es nuestra sensación. Entonces, no contentas con llevar cinco días sin parar, en el ecuador de las jaiak, la programación de conciertos nos ofrece bolos del calibre de los del jueves. Por preferencia, nosotras elegimos el Kafé Antzokia para este relato pero había otras propuestas jugosas. Por la que más dolió ausentarse fue por la de la sala Nave 9 donde los Negracalavera telonearon a The Professionals, la banda de Paul Cook y Steve Jones, ex baterista y guitarra de Sex Pistols.
Pero en el Antzoki el jueves se repartió brea de la buena y pese a la media hora de retraso en la apertura de puertas, nosotras asistimos concienciudamente a la llamada de los riffs frenéticos y las letras reivindicativas y encabronadas de dos grupos: los bilbainos Rat- Zinger y las adrenalíticas Svetlanas.
El primer hachazo: SVETLANAS.
El grupo italo-ruso con Olga Svetlanas a la cabeza se marcó un concierto de unos 45 mins más que suficientes para entender porqué en 2014 a Olga le vetaron los shows en su madre Rusia con posterior exilio en Milán. Es la primera vez que veíamos a la banda en directo la agitación corporal de la moscovita fue un derroche de espasmos nerviosos cargados de preciosa violencia acompasada. El aire de superioridad que mostraba provocó una sensación, que por la reacción del público, llegó a ser exquisitamente intimidatoria. Es pura energía transformada en arte punkarra con brotes de hardcore bien definido. Mención especial al descontrol inicial de la mesa de sonido con acoples varios.
Comenzaron a las 23:10h con bombo atronador para “Jump” y con “Loose Control”, cañonazo incluido en su nuevo disco. Esta banda ha girado por gran parte del globo y con el último This is Moscow, not L.A. han seguido la tradición. Las fechas se multiplican en su gira, de hecho, esta es la segunda vez que pisan Bilbo en lo que va de año.
Olga tiene una cara simpática pero en milésimas de segundo el ángulo de su ceja se transforma y la forma de su párpado refleja una mala hostia muy molona que le acompañó todo el concierto. Sonó ”Tell me Why” y nos atraparon las presentaciones de algunos temas: «We are Svetlanas and we are the “Pussification” of punk rock». También hubo fraternal llamada al público en “Put your middle fingers up”, imaginaréis cuál…
Teníamos la expectativa de ver a Nick Oliveri (Kyuss, QOTSA, Mondo Generator…) ya que ha participado en la producción de su último disco y según la prensa especializada es miembro de la formación, «pero solo de vez en cuando se desliza por los shows». Esta no fue una de esas veces. Steve y Rick a las cuerdas y Diste a la batería hicieron un trabajo muy bien cuidado.
La música de Svetlanas combina melodías punk con reminiscencias clásicas y golpes de hardcore muy potentes. Los punteos de guitarra son limpios dejando la distorsión en un segundo plano. La voz principal al final, es la que destaca. Para Jello Biafra «Olga tiene una voz bastante inusual, algo así como una mangosta acorralada y enojada», a nosotras nos parece un `cocktel molotov´ entre Kathleen Hanna, Yolandi Visser y patrón propio. Muy genuina.
Tocaron “Fucking retard” y “This is Moscow, not L.A”. Echamos en falta el cover de este último disco de “Speedfreak” como homenaje a Lemmy Kilmister. El público seguía asustado con excepción de algunos excéntricos y excéntricas adorables. Después de dejar claro en pequeños speechs que les gusta el borscht (típica sopa de remolacha rusa) la traca final la brindaron “Pyromaniac” y “Don´t do it”. Hubo beste bat del público, pero no del grupo. Esperemos que sea rápida su próxima visita. «Spasibo i mnogo rok´n´rolla!».
Último hachazo y definitivo: Rat- Zinger
A las 00:08h del techo empezaron a caer dólares de papel. Las luces blancas desaparecieron para dejar una santa penumbra roja en el escenario. Suena un radar y simultáneamente una oración con espinas católicas. Sin darnos cuenta, cuatro tíos enormes con una malla en la cabeza asaltan la escena y empiezan a sonar los ritmos de Satanás. En los laterales del set, dos ratas chungas con los ojos iluminados (que le da un toque profesional al espectáculo) iluminaban al público que estaba enardecido y dio la sensación de que se había multiplicado. Mientras sucede todo esto, ya está sonando “Dios salve a Ronnie Biggs” y le siguió el tema homónimo que da nombre a su último disco Santa Calavera.
El pogo no tardó en aparecer y las escaleras del escenario se convirtieron en las trincheras de las fotógrafas, los fotógrafos y el público menos combativo hasta que todo cristo cedió y se montó la de dios. Se notaba que estaban en casa y esa comodidad también se notaba en el público que no paraba de llamar a los músicos. Cuando tocaron “Patria” hubo sorpresa: al micrófono se incorporó Natacha Torpedo que desvió la marca viril que tiene este tipo de punk tirando a street violento con aderezos.
Podri K. (voz) se comió el escenario desde el principio, tiene una técnica vocal devastadora y su postura cuan lobo aullando a la luna le da un toque intenso. Y que nadie le quite el cable del micro (!), fue un genial aliado en sus coreografías personales. El nombre de Pinki (bajista) siempre sonaba en los silencios entre canción y canción. Se las gasta muy bien con las melodías de las intros. Tanto fue así, que en “Chivo loco” una persona del público pensó lo mismo y se metió en el escenario a comerle la cara. Luego se cantó un tema con ellos.
En L. E. Y. hay que destacar el brutal punteo de Javi Puñales (también mencionable en “Soy un kalashnikov”) y que otro compañero del que no tenemos datos cogió el micrófono. Entre Podri y él intensificaron a los riffs metaleros y a la espectacular batería de Xabi del Val, un portento con los parches. Rat-Zinger mezcla los estilos punk, hardcore y metal de manera imperceptible, cuando te das cuenta, en el mismo tema tienes todos los ritmos encima. Por supuesto sonaron “Antimental”, “Tu pasajero” (en el que nos acordamos de Parálisis Permanente y Non Servium, a la vez) y “¿Tenéis speed?” hasta que el público no pudo más y tras el beste bat invadió el escenario del Antzoki. Saboreamos más de 20 cortes en los que repasaron su último Santa Calavera y álbumes anteriores que por la respuesta del público bilbaino, se están convirtiendo en himnos del omnipresente circuito punk local.
En la salida como siempre el merchan, que por los Rat- Zinger sin problema pero el precio de las camisetas y vinilos de Svetlanas nos perforaron el estómago lentamente. Como siempre, habrá que tirar de DIY. La combinación de los dos conciertos fue pura dinamita, nos gustaría verles de nuevo compartiendo bolo.
Texto y fotos: Pepa Ferreiro