Rayos de culto en Bilbao con Holygram – Shake! I Bilbao
El post punk no quiere abandonar las noches bilbaínas
Parece que el post punk ha echado raíces y empieza a agarrar en tierras bilbaínas. El pasado martes, de nuevo una de las bandas del género, tuvo a bien pasarse por la villa, y de nuevo gracias a Kobmusic. El grupo en cuestión es el quinteto alemán Holygram. Formación con el foco puesto en el new wave y la música electrónica de los ochenta que vislumbraba un futuro oscuro y lleno de máquinas. Hasta la fecha, sólo tienen publicado un disco “Modern Cults” de 2018, y fueron esos los temas que disfrutamos en el Shake!.
En las horas previas, pudimos ver por redes sociales toda la artillería que traían, y llegamos a pensar que no les cabría todo (de hecho algún ampli lo tuvieron que montar fuera de la tarima). Punto a favor para los de Colonia por el tema de traerse una producción visual propia, con un set de luces que tenían configurado automático para ir acorde a los temas interpretados, y mucho, mucho humo ( aquello parecía el Londres más oscuro ) que complicó un poco la visión en los primeros compases de su actuación. Para Holygram, todo cuenta, y el afán de controlar toda la experiencia de usuario les lleva incluso a ser ellos mismos quienes elijan la playlist previa (sonaron Eagels Of Death Metal Fidlar o Herman Brood), .
Canción tras canción, a buen ritmo
Tras un retraso de 5 minutos por algún problema técnico cuando ya estaban todos sobre el escenario, comenzaron en el mismo orden de canciones que en “Modern Cults”. Patrick, el cantante, jugaba con sus efectos sonoros metiendo bien de reverberación en algunos de los temas como, por ejemplo, en “Hideaway”. Poco o nada podía moverse, estando flanqueado por sus compañeros en un diminuto, para ellos, escenario. Se le veía con ganas de moverse más de lo que pudo en aquella noche. A destacar el sonido que sacaban de la batería, una combinación de batería estándar, con caja, bombo, base y un par de platos, que combinaban con una caja de ritmos Roland, pero que en su conjunto, se acaban un sonido muy digital, como si de una batería electrónica completa se tratara, consiguiendo un sonido limpio y muy acorde al disco.
El primer gran tema sonó pronto, “A Faction” apareció deslumbrando, colándose entre intros y humo. Uno de esos temas con algo más de luz y brillo, que hizo que el público se moviera y bailara más. Estos flashazos de ilusión se intercalaban entre temas más atmosféricos y oscuros como “Signals”. Los teclados siempre estaban como una base continua y perpetua sobre la que un bajo muy presente en todas las canciones, y una guitarra que jugaba a alejarse y ocultarse en algunas otras, daban en conjunto, un sonido muy cercano al lp. Puede que la voz, al principio sonara algo baja, pero pronto se solucionó.
El sol siempre estuvo ahí
Con “Still There” Holygram volvió a la senda luminosa (siempre dentro de ese lado oscuro que abraza el postpunk) y se marcharon con una de las más guitarreras o rockeras “ Distant Light”, en la que las cuerdas del bajo de Bennett echaban humo de la velocidad con la que las rasgaba con su púa. Una bajada de escenario con un tema que parecía no querer acabar nunca (nosotros tampoco lo queríamos). Pero todavía hubo tiempo para un último tema con la vuelta del mini descanso. La hora escasa de actuación dejó fuera la románticamente dolorosa “1997”, pero agradecemos el final en alto con “She’s Like The Sun” con sus rayos lumínicos sonoros, como lo hizo durante toda la actuación la bola de espejos que adorna la sala y que no paró disparar rayos de luz en todo el bolo, simulando un incandescente y necesario sol, atravesando la densa niebla interna, y puede que incluso algún corazón.
Texto y fotos: Dave Blanco