Rufus T. Firefly / Pet Fennec – Kafe Antzokia | Bilbao
Con Rufus T. Firefly siempre toca premio
No sabemos si entre los asistentes había algún agraciado de los premios del famoso sorteo de la mañana del 22 de diciembre, pero lo que sí podemos asegurar es que los allí presentes pudieron disfrutar de un premio mucho más “sonoro”, vivir en directo y en una misma jornada de la dupla Magnolia/Loto de Rufus T. Firefly.
Pet Fennec a solas
La propuesta “American Folk” de los donostiarras Pet Fennec se encargó de abrir la noche en una sala aún por llenar. Su presencia se redujo a la mínima expresión con la única asistencia de su cabeza visible Urko y su guitarra electro acústica. Canciones sentidas y con un marcado sello americano a lo Wilco que en acústico se acrecenta aún más. La potencia a la que estaba el micro sorprendió al propio Urko que tuvo que cantar a una distancia considerable (mínimo veinte centímetros) para no acabar con nuestros oídos. Una vez hechas las presentaciones, un agradecido Urko comenzó su actuación, lo que a muchos parece no interesar lo más mínimo y el nivel de charlotada fue incómodo. Los que nos interesamos por lo que pasaba sobre el escenario, pudimos incluso catar el germen de un tema nuevo que todavía no ha visto la luz (las ventajas de actuar sin banda). Treinta minutos donde también sonaron “Others” o la que cerró su actuación “Under The Sun”.
Parar, mirar, caminar, disfrutar
Pararse un rato a pensar, en estos tiempos de inmediatez que vivimos, no es fácil, pero sí que es beneficioso, tanto para uno mismo como para quienes le rodean. De estos paréntesis surgen cosas como un disco llamado “Magnolia” y resurgen bandas como Rufus T. Firefly. Un momento bien gestionado que ha abierto un nuevo camino para la banda de Víctor y Julia, y que continuaron con Loto para cerrar esta nueva etapa que ya va tocando a su fin, para de nuevo pensar y decidir hacia dónde quieren que les lleve el siguiente camino.
Está claro que la senda recorrida con “Magnolia” les ha llevado por paisajes y lugares muy placenteros y por los que les han acompañado un buen número de gente y amigos que han hecho de este viaje un premio y un reconocimiento a aquel rato para pensar. El sábado nosotros nos quisimos unir a ese camino multicolor que ilustra las portadas de “Magnolia” y “Loto” y de esta forma agradecer a la banda lo recibido.
Una intro atmosférica con cierto deje oriental sonó por el hilo musical a un volumen más alto de lo anterior, o que daba a entender que el show ya estaba en marcha, y así fue. A escena salieron los cinco componentes y se engancharon a dicha intro con los primeros acordes de «Tsukamori». Con el primer trallazo de la batería de Julia, el montaje de luces particular que llevaban, eclosionó y nos dio un mensaje claro, aquello no iba de caras, aquello iba a versar sobre sensaciones. Primero con un mono color por tema y luego con colores complementarios que rodeaban a la banda y los convertían prácticamente en siluetas. Después de “El Halcón Milenario“ y “Loto” Víctor agradeció el estar por primera vez tocando en el Antzoki y avisó (para quien no se hubiera enterado) que tocarían todas las canciones de “Magnolia” y “Loto”.
Los mundos de Rufus
Sus letras y títulos de canciones evocan constantemente a mundos fantásticos, artísticos y cinematográficos de ayer y hoy que tanto les apasionan y que es uno de esos elementos que ha hecho, de estos nuevos Rufus, su seña de identidad. Como con “Demogorgon” y esa intro , homenaje a la fantástica serie, que acompaña todo el tema en segundo plano.
Para “Cisne Negro” Víctor posó su guitarra en el suelo y se centró en su micro y el teclado que tenía a su derecha para interpretarla. Lo mismo pasó con “Espectro”, tema que cortó un poco la efervescencia de la noche para darle un poco de aire. “Última Noche En La Tierra”, el primer tema compuesto para esta nueva etapa, y por el que la banda guarda un profundo cariño, recondujo el concierto hacia su vertiente principal de energía a medida que avanzaba y se metía en una segunda parte en la que Julia se centraba más en su batería tradicional y dejaba la Roland digital al margen.
Vaya por delante nuestro respeto y admiración por todos y cada uno de los miembros de la banda, pero tenemos que reconocer que Julia es nuestro ojito derecho, y se llevaba toda nuestra atención la mayor parte del tiempo. Todo un lujo poder tenerla bien a la vista en primera línea de escenario y valor aún más el gran trabajo que realiza. El toque de atención se lo tenemos que poner al sonido, que en nuestro caso particular, esperábamos algo más de claridad y nitidez en algunas partes de Víctor. Probamos diferentes ubicaciones dentro de la sala y nos costó encontrar el “punto dulce” de la banda, con lo que finalmente tuvimos que recurrir al comodín de la mesa de sonido.
Continuando con el repertorio, “Cristal Oscuro” volvió a dar un respiro a la actuación y a la voz de Cabezuelo y “San Junipero” sonó menos funk o soul porque no lucieron tanto los órganos como si lo hacen en el disco, pero sirvió de transición hacia la canción con el título más largo “Un Breve e Insignificante Momento en la Breve e Insignificante Historia de la Humanidad”. No sabemos si la letra se refiere al comentario como halago o crítica (esperemos que lo primero), pero a nosotros también nos evocan a los australianos Tame Impala, y este tema más. La excepción en el setlist llegaría con “Pompeya”, tema de su disco “Nueve” pero que encaja perfectamente dentro de las nuevas y que entraría a cambio de sacrificar la versión de The Beatles “Lucy In The Sky With Diamonds”, cosa que en nuestro caso particular agradecemos, puesto que posee toques más rockeros que dinamizan sustancialmente la actuación, prueba de ello es como la terminan todos, en semicírculo delante de la batería de Julia, conformando una masa sonora indeformable.
Disfrutar, parar, mirar, pensar
Una vez, en una presentación en directo, el propio Víctor, describió “Nebulosa Jade” como “La canción de amor más fea de todos los tiempo”, descripción con la que no podemos estar más en desacuerdo y suponemos que ellos también, puesto que se la dedicaron a Mara (suponemos que alguien a quien aprecian y quieren). “Druyan & Sagan” cerró la parte principal del show antes del parón de rigor para el bis. A la vuelta, agradecimientos a los técnicos y aviso de que tras la gira, en abril volverán a hacer ese paso al lado para pensar en la nueva etapa. La atmosférica “Final Fantasy” arrancó el bis seguida de la “Tameimpalizada” “Magnolia”. Para completar las dieciocho canciones que suman en total los dos discos, faltaban las guitarras de “Río Wolf” que pusieron al Antzoki a cantar.
Minutos después del final, saliendo de la sala, nos quedamos con una imagen, personas aguardando respetuosamente a tener un disco en sus manos frente al puesto de merchandising, sorprendentemente, desprovisto de quien la gestione. Quizás ese momento de espera tenga que ver con el que en su día tuvieron Rufus T. Firefly antes de “Magnolia” y esperemos tengan a partir de abril.
Texto y fotos: Dave Blanco