Shinova / Kitai – Plateruena | Durango

Volver a lo que fuimos

Si en algún sitio desea cerrar un grupo una gira de salas, seguramente muchos elegirían hacerlo en casa. Eso pensaron los chicos de Shinova, que no se prodigan mucho por la tierra que les vio nacer como músicos. ¿Bilbao? No, Durango, en el Plateruena, su pueblo, su verdadera casa. Y si además, esa misma noche pegas el cartel de «Entradas Agotadas», ¿se puede pedir algo más? Sí, un público entregado…

Calentando la noche a fuego lento

Abrían la noche los madrileños Kitai, banda que presentaba su segundo LP «Pirómanos». Toda su estética parecía el plan perfecto para ir calentando la noche con escenografía propia (cosa curiosa para ser teloneros). Salieron a escena completamente de rojo, pasamontañas incluidos. Eso sí, lo hicieron antes de las 22h, cosa poco habitual en los conciertos eso de adelantarse al horario marcado.

Con todavía poca gente en la sala, arrancaron con «H2O», como queriendo vacunarnos, antes del single del nuevo disco «Fuego En La Radio». El calor les debía pasar factura, porque todos se quitaron pasamontañas y camisetas (excepto el guitarrista). ¿Sería parte de su escenografía?

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Quisieron hacer partícipe al público de sus canciones, pidieron palmas y no dudaron en vacilar. Según ellos mismos, son el fuego, la sangre, lo que siempre han querido ser. Y claro son pirómanos. Lo dejaron claro en «Riviera Maya». Agradecieron a Shinova tal invitación y tiraron a matar antes de «Animal». Tema, por cierto, que anunciaron fue pinchado en algún DJ set de Metallica. ¡Ole por ellos!

Sonó «Melodrama» de su primer EP «Origen», allá por el 2014, antes de la presentación oficial del grupo y de ese último momento un poco «raro». El baterista, muy en forma por cierto, sacó un bombo a las primeras filas, repartió baquetas (las que debe destrozar por bolo) y los afortunados tocaron. Decimos momento raro porque ni se oía ni parecía muy apropiado. Nos hubiese gustado más ver esa performance que el propio baterista hace con alguna otra batería «más especial». Tendremos que esperar.

Algo menos de una hora de actuación que sirvió para calentar la noche con buen rock pero algo descafeinado, seguramente por las prisas y porque no eran los protagonistas de la noche. Nos gustaron esas dos versiones internacionales que hicieron.

De cuando éramos otros

Habían conseguido llenar el Plateruena momentos antes de arrancar el concierto. Pasaban las 23:30 cuando, con toda la escenografía puesta, salían los cinco de Shinova. El último, Gabriel, con el albornoz de boxeador mientras sonaba «El Combate Del Siglo». Para destacar, y mucho, la espectacular producción que tenían montada. Tres pantallas, proyectando imágenes relacionadas con los temas, en perfecta sincronía y que mostró en qué se ha convertido Shinova. Un grupo que se transformó musicalmente y que apoyado en gente que mueve la música nacional de este país han llegado a llenar la Joy Eslava en Madrid y el Plateruena en casa. ¡Se lo han ganado!

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Cerraban su gira por salas con el disco «Volver», que repasaron en su totalidad, y no se olvidaron del anterior álbum «Ana Y El Artista Temerario». «El País De Las Certezas», «Viajero» y «Niña Kamikaze» sonaron después de «El Combate Del Siglo» y en pantallas aparecieron caras de artistas, algunos internacionales, y acabaron con la cara de Pulpo de Porco Bravo (apunte de Pablo), fallecido recientemente y que justamente ayer se le rendía un homenaje en forma de festival en la sala Santana 27 de Bilbao. Ese fue el particular homenaje de Shinova a Pulpo.

En la sala muchos familiares, amigos y fans del grupo que parecían rendirse al embrujo de Gabriel, que no paraba de ir de lado a lado, queriendo hacer partícipe a todas las esquinas del Plateruena. Con «Ana», un clásico de Shinova, el público se volcó. Entre canciones, un grupo de «hooligans» no paraban de gritar «estupendo». ¡Parecía que les estaba gustando!

«Qué Casualidad» fue coreada por el público con Gabriel acercándose a las primeras filas, y paró para presentar «Lo Que Fuimos». Quizá reivindicando lo que ellos fueron. En pantallas, los ojos de familiares y amigos, reproduciendo el videoclip de dicho tema. Y siguió con las reivindicaciones, en este caso a los medios pequeños que son los primeros en descubrir a los grupos pequeños. Nos dimos por aludidos (que somos de Bilbao). ¡Gracias Gabriel!

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En «Mensaje de Emergencia», Erlantz se pudo lucir, si no lo había hecho ya, y llegó el habitual bis. Para la parte final se guardaron las sorpresas. «La Ciudad Dormida» dio paso a un tema inédito del grupo, posiblemente de su próximo trabajo, que pidieron no grabar. Imposible. Después, versión muy rockera de «La Chica De Ayer» y se marcharon con «Para Cambiar El Mundo» y «A Treinta Metros», confeti incluido. Hora y media de seres espirituales que triunfaron en casa, donde siempre gusta volver.

Texto y fotos: David Pereda.

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