Toy / Ducasse – Kafe Antzokia – Bilbao
La programación de actividades culturales nocturnas (en nuestro caso musicales) ha dejado de ser una excepción para convertirse en una opción más dentro de la agenda semanal. Tras la conquista ya superada de los jueves, ahora todos los días son partícipes de esta programación. Lo bueno, que rara vez existen los solapes como si ocurre durante el fin de semana.
Ducasse
El martes, los británicos Toy abrían su gira nacional de cuatro fechas en la sala Kutxa Beltza (sala superior del Kafe Antzokia de Bilbao) para presentar los once cortes de su nuevo trabajo “Happy In The Hollow”, un título más que elocuente sobre el quinteto y su estilo. Pero a la llegada a la sala nos topamos a pie de escenario con una gran mesa repleta de “Maquinitas” electrónicas y cables, muchos cables, que iban de una a otra. Todo formaba parte del set que Ducasse tenía montado para su actuación. A algunos seguro que esto les pilló por sorpresa y hasta puede que dudaran si la ubicación en la que se encontraban era la correcta para el concierto, pues lo que estaba aconteciendo a las 20:30 era más bien una rave electrónica. La media hora que se extendió su propuesta techno de base contundente se nos hizo más que suficiente. Eso si, valoramos positivamente que toda su actuación fuera con sintetizadores y mesas “tradicionales” sin ningún tipo de ordenador o tablet que tan extendidos están ahora para producir este estilo musical. Entre el público (bastante estático y atónito) varios de los miembros de Toy que se mostraban interesados y cómodos con la electrónica machacona de Ducasse.
Entrando poco a poco
Pocos minutos tardaron en retirar la mesa de Ducasse al fondo de la sala con todo su kilometraje de cableado, y la espera hasta el comienzo de Toy se nos hizo larga teniendo en cuenta que sobre el escenario estaba todo montado desde el principio. La orden estaba clara, y a las 21:30 salieron a escena los cinco jóvenes británicos. Un bajo protagonista y una batería dieron comienzo a “Jolt Awake”, que entró poco a poco con los ritmos graves de las cuatro cuerdas. Semblante serio y concentrado de los cinco, como si una desgana permanente viviera en ellos, pero no es nada personal contra nosotros, son así. El turno para el micro se intercalaba entre canciones entre Tom Dougall (guitarra rítmica) y Maxim Barron (Bajista) o se compartía, como en “You Make Me Forget Myself”.
El grado de depresión que emanaban su actuación menguaba en las partes más rockeras, que las tienen, y todo el concierto jugaron con esa dualidad lumínico deprimente donde tan a gusto se desenvuelven los británicos. Cuando Dominic O’Dair se ponía intenso y juguetón con su guitarra la cosa cambiaba, las luces de la sala tomaban más colores y el público “bailaba” más, como pasó con “Fall Out Of Love” que cierra su disco de 2013 “Join The Dots” con una segunda parte instrumental en la que rompieron esa pasividad “monoestática”.
El Slide hizo acto de presencia en “You Make Me Forget Myself” para bajar de nuevo a los suburbios depresivos de Toy. Este toma y daca que se gastan en directo les funciona, gracias a la mezcla que hacen de sus temas, desde los más primitivos hasta los recientes depresivos. “The Willo” tiene un poco de ambas facetas, con una ambientación a los teclados de Max Oscarnold acertada pero no tan marcada como en la versión de estudio.
Jugando con el lado «Happy»
Ya habíamos pasado el ecuador de la actuación y aquello estaba yendo muy bien, no percibimos malestar entre el público ni desatención. La parte final arrancaría con “Join The Dots” una de nuestras canciones fetitxe del grupo y que en directo tomó aún más cuerpo, con todos los integrantes de la banda más desinhibidos, jugando cada uno con su instrumento, con los pedales y con las distorsiones. Y de nuevo la píldora de flor perezosa, esta vez “Last Warmth Of The Day” se coló en el setlist para recordarnos a los Toy menos expresivos pero más emotivos. Tom se aferraba al pie de micro con ambas manos y miraba al techo de la sala en “Mechanism”, como queriéndose agarrar a ese hueco oscuro donde ellos son más “Happy”. Pero Toy no querían que nos fuéramos de allí sin bailar una vez mas y encararon “Energy” como si todo lo anterior hubiera sido un sueño y se despertaran de sopetón, instrumentos en mano. Incluso Max dejó de lado los teclados y agarró una guitarra que estuvo en reposo tras él toda la actuación. Ya cuando todo estaba dado por terminado (El setlist no reflejaba nada más) la banda volvió de su camerino para seguir con esas pseudo jams para, ahora si, finalizar con “Left Myself Behind” y quitarse el resto del polvo acumulado durante los momentos estáticos de la actuación.
Texto y fotos: Dave Blanco