Zea Mays
Zea Mays (22/12/2017)
Después de toda una mañana con el soniquete de los números de la lotería cantados cual mantra del que es imposible desprenderse aunque no se juegue, nos encaminamos hacia lo que prometía ser una noche para recordar. El destino era el Kafe Antzokia de Bilbao, y la excusa, la celebración del final de gira del grupo vasco Zea Mays de su último disco «Harro», que coincide con el veinte aniversario de la formación, con todas las entradas vendidas semanas antes.
La fiesta previa a la fiesta
Previa actuación de los vascos, el escenario del Antzokia fue tomado por la joven banda catalana Sense Sal. Hemos de reconocer que para nosotros eran hasta ayer unos desconocidos, y por lo tanto no teníamos ninguna referencia ni expectativa sobre su actuación, pero esto es uno de lo bueno que tiene el asistir a los conciertos y no quedarse fuera mientras actúan los teloneros.
Los ocho jóvenes integrantes son pura energía y vitalidad, y han sabido llevar este sello propio a su música. Con una mezcla de estilos a caballo entre la música de Crystal Fighters y unos Mumford And Sons, las guitarras, trompetas y violín cobran protagonismo a lo largo de su discografía, (la cual, por cierto, esta compuesta nada más y nada menos que por tres discos a estas alturas).
Con el lanzamiento reciente de su último disco “Només Tenim la Veu”, el concierto pivotó sobre sus sonidos más bailables, algo por lo que los catalanes luchaban entre y durante canciones para arrastrar al siempre gélido público vasco. Aun así, con pasos sencillos de coreografía o sencillas frases en catalán, Sense Sal se fueron metiendo poco a poco al público en el bolsillo.
Hubo momentos para las versiones, como por ejemplo el cachito de “Shape of You” de Ed Sheeran o con la que cerraron su actuación, la archiconocida “Dragostea Din Tei” de O-Zone cantada en catalán y con la que público terminó de arrancar con ese característico estribillo.
Por otros 20 años
Ya con todos los asistentes dentro tras la pausa pertinente para cambiar la configuración del escenario, ahora mucho más limpio de cables, pies de micro y demás, y con puntualidad, suena como intro “I Follow Rivers”, tema original de Lykke Li pero parece que a Zea Mays les gusta más de la versión de Triggerfinger.
Desde el principio dejaron claras sus intenciones para la noche y arrancaron bien arriba con la bailable “Amiltzen Ez Den Bat” de su último disco de estudio, seguida de “Sutan”.
La puesta en escena era la habitual aunque con matices, ya que como hemos comentado, la noche era especial. Un nuevo montaje lumínico apoyado por unas proyecciones al fondo en pantallas verticales apoyaban a la banda para enfatizar su música. Lo que no cambia tras todos estos años (y esperamos que no cambie) es el portento de voz con la que Aiora nos deja siempre embobados, y por otro lado la incontinencia estática de Piti, al que siempre se le queda pequeño el escenario.
La dupla “Orain” y “Barrutik” frenó en cierta manera la inercia de la actuación y bajó un poco el pistón de las revoluciones. En el tema en el que escuchamos a Santi Balmes (Love Of Lesvian) cantar en euskera fue muy bien recibido e interpretado sin el cantante, haciendo Aiora todo el trabajo vocal (bueno con la ayuda de los allí presentes, que no paraban de cantar cada estrofa del amplio repertorio interpretado).
Repasando la discografía
Después de un comienzo de actuación centrado en su trabajo más reciente “Harro”, ahora sí tocaba el turno al repaso por estos veinte años de carrera. “Elektrizitatea”, “Dena” y “Besterik Ez Naiz” sonaron las primeras en esta segunda parte del concierto, parte en la que vimos disfrutar más al público.
La actuación iba muy bien encaminada, el sonido era bueno, la actitud inmejorable, los temas se iban interpretando casi sin descanso entre uno y otro. Los primeros acordes de Piti en “Negua Joan Da Ta” provocó el júbilo de los fans y soltó el “modo karaoke” que todo fan lleva dentro para cantar y acompañar a Aiora como un gran coro.
El momento de relax duró lo que duró “Negua Joan Da Ta” ya que a continuación sonó “Bi Bihotz” para volver a poner al público a bailar. El gran juego de luces y proyecciones cobró más protagonismo aquí, con luces rojas y blancas y un gran corazón en las proyecciones que se vieron interrumpidas por el momento Daft Punk y la mini versión de la canción “Get Lucky” que el grupo vasco metió en mitad de la su tema y al que acompañaron los propios Daft Punk en las proyecciones.
Problemas técnicos hicieron que “Oihu” se demorara más de lo deseado en comenzar, apenas medio minuto, pero mereció la pena por ver a esa masa de gente agacharse para todos a la vez ponerse a asaltar con el subidón del estribillo en la parte final de la canción.
Para cerrar la parte principal de la actuación, volvieron al comienzo tocando dos temas de “Harro”. “Eztarritik Alura” y “Enbata” que es precisamente la que abre el disco. Momento antes de ésta última, Aiora aprovechó para repasar un poco los comienzos de la banda en ese concurso de maquetas. Quizás cambiándoles el orden hubiera provocado mayores deseos entre el público (por lo de cerrar con un tema más “bailón” y dejar al personal en lo alto).
Emoción sin contención
Un breve descanso y turno para la segunda parte en la que salieron a escena Aiora y Piti como únicos intérpretes, para el bis que comenzó con “Zu”, tema treméndamente emotivo en el que Aiora no pudo contener las lágrimas. Pero aquello era la fiesta de fin de gira y como tal, los botes y bailes volvieron con “Gaur” y “Hondarretik Ondarroa” ya con la banda al completo.
Y como cierre, un tema que ya se ha convertido en toda una bandera y referencia para la discografía de Zea Mays. “Kukutza” puso la guinda a la tarta del veinte aniversario y para ello contaron con la colaboración en las voces de Iker Aginaga (Revolta Permanent) que puso el énfasis en la parte “rap” del tema y que no paró de moverse y saltar por el escenario en el breve tiempo que duró su actuación, mientras Aiora acompañaba a Asier en la batería.
Y ahora sí, la fiesta terminó, las luces del Antzoki se encendieron para despedir a esta gran banda a la que el público no dejó de arropar en ningún momento de la actuación y a la que esperamos que lo sigan haciendo en las actuaciones venideras.
Fotos y texto: Dave Blanco.